lunes, 16 de agosto de 2010

Y en noche como esta
o en madrugada como la que seguirá
yo escribí en cuaderno como este
con letra despareja, cariada,
con tinta de otro color,
escribí, digo,
en cuaderno como este
con una letra que es la mía
las piernas cruzadas como hoy,
el aire de esta hora indeterminada
aliviándome la cara y las piernas desnudas;
la cara derrotada, fresca por lo menos,
con una mano que se negaba
y que aún se niega
pero que terminará obedeciendo,
escribí en cuaderno como este,
hace ya siete años si no me equivoco,
escribí en una fría noche de Buenos Aires
hace ya tantos años;
(después paso tanta agua,
tantos trabajos,
viajes,
mudanzas,
estudios,
ropa
estrenada y desechada por el uso,
campeonatos ganados por Boca y por los rivales de Boca,
pasaron mascotas que hoy se pudren bajo la tierra
desde esa fría noche de Buenos Aires
de hace 88 meses
en la que escribí en cuaderno como este)
como ahora escribo en esta fresca noche cordobesa;
el vaso en la mano inútil,
el cigarrillo en la punta de la mano,
el viento limpiándome la cara
y las piernas cruzadas y desnudas
y un aire de tormenta que hace que todo se vaya al carajo,
escribí con desagrado aquella noche,
como escribo con desagrado hoy
en esta noche que es como aquella
mientras los árboles se mueven,
mientras las ramas de los árboles se mueven
y alguna hoja cae sobre el vino,
sobre el vaso que sostiene mi mano inútil
y fumando el cigarrillo que esta en la punta de los dedos de la mano inútil
espero volver a Buenos Aires;
a la habitación que es fría en noches como esta
y donde hace 88 meses
escribí en cuaderno como este.

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